martes, 11 de febrero de 2014

Playa das Furnas en el ayuntamiento de Porto do Son

Imágenes del mar con su fuerza en uno de esos lugares donde la naturaleza no se deja dominar.
Pura belleza sin domar

Reverdece el lugar donde antes había arena






jueves, 21 de noviembre de 2013

PORQUERÍAS



A diario nos quieren engañar.

Lo único que debemos hacer es encender el televisor y un cónclave de listillos aparecen de la nada para vendernos porquerías varias y engañarnos de múltiples maneras con que sacarnos los cuartos y meter sus manos en nuestros deseos y crearnos anhelos que no necesitamos.

Se dice que estamos inmersos en la sociedad de la imaginación, del 2.0, de la creatividad al poder, de la realidad virtual, etc.; pero realmente estamos sumergidos en la sociedad de la porquería, de la mierda como única elección, en la sociedad del “sálvese quien pueda”, en el tiempo donde los mediocres medran y engordan sus cuentas corrientes, en la época donde la sabiduría y la experiencia son miradas con desprecio, en el tiempo en que los inútiles y los ladrones dan lecciones de ética y moral a diario en medios de comunicación que ya no comunican nada y simplemente se dedican a adoctrinar y manipular a sus espectadores y usuarios.

La desgracia no sólo se encuentra en esos lugares comunes, sino que un virus de gilipollez lo va invadiendo todo paulatinamente. Poco a poco dejan de existir territorios libres de la estupidez humana y encontrar un oasis de tranquilidad y libertad se va convirtiendo en una actividad utópica. Hasta lo más sagrado aparece barnizado profusamente con la brocha de la imbecilidad más ramplona y gratuita. Es cierto que con el tiempo nos hemos adormecido en los cantos de sirena de miles de vendedores y publicistas, que con sus manejos poco venerables, nos crearon la necesidad del olvido para convertir todo en un presente eterno dispuestos a luchar por conseguir la “última novedad” en la tecnología del papel higiénico con que limpiarnos el culo.



Los mass media pisotean los sueños para meter en nuestras casas aparatos y alimentos que probablemente no nos darán ningún tipo de satisfacción y que con seguridad colaborarán a menguar el peso de nuestro bolsillo. Así todos los coches que venden son los mejores, más rápidos, con las chicas más bellas y los más ecológicos. De la misma forma todos los alimentos actualmente vienen con grasas saludables o son tan buenos que comerlos produce una experiencia casi mística. Cada producto que es tocado por la varita mágica del marketing se convierte en una hermosa y lustrosa carroza que nos ofrece un futuro cargado de posibilidades. Mas la carroza se convertirá en calabaza pasando el tiempo. Y hasta las manzanas más apetitosas siempre pueden ser portadoras del veneno más mortal.

Los medios de comunicación quieren atraer nuestra atención no con verdades o elementos objetivos sino con el juego sucio del titular ramplón y la fotografía escabrosa. De lo que se trata no es de informar, sino de vender más periódicos o publicidad que ningún otro competidor. Es muy difícil no picar en los anzuelos que nos rodean cada mañana mientras saboreamos nuestro café rodeados de las noticias del día.

Los mismos políticos han caído en esa trampa y ahora nos muestran, como tarro de miel para moscas, las promesas que nunca cumplirán, pero que ayudarán a que la mano que vota quede atrapada en esa canción pegadiza que nos asfixia sin darnos cuenta. El político de hoy no puede decir la verdad, porque lo crucificaríamos con la indiferencia; tiene que mentir y decir lo que queremos escuchar para poder conseguir un montón de votos. No interesa el futuro ni el bien de la sociedad en la política actual; sólo interesa el corto espacio de tiempo entre una elección y otra.

Y al final lo que importa no es que crezcamos como personas o nos realizamos a lo largo de nuestra vida y seamos ciudadanos comprometidos con la sociedad; lo importante es que consumamos y para ello nos dejan un resquicio de libertad donde poder elegir el producto que nos envenene el cuerpo, el hogar, la mente o el alma. Tú eliges, es cierto, pero solo puedes elegir lo que ellos venden…

Somos invisibles cuando no consumimos.

viernes, 15 de noviembre de 2013

ESPACIOS



Cuando el cursor del ordenador parpadea te obliga necesariamente a que lo muevas y escribas algo en la luz que anhela semejarse a una hoja en blanco. Y es esa blancura que deseas manchar con el negro de unas letras, lo que precisamente te mantiene en tensión. Es una lucha desigual donde nadie vence nunca y todos salen perdiendo o ganando o no salen ya y se quedan atrapados para siempre en una idea, en una palabra, en un verso. La batalla del escritor nunca será reconocida con la corona de una victoria rotunda, pues la blancura siempre persiste y siempre vence.

Ahora es cuando suda el anhelo de seguir moviendo ese cursor a través de esta página virtual que vomita espacio en blanco tras espacio en blanco ininterrumpidamente. Huyes de los lugares comunes más siempre regresas sin querer al punto concreto donde la seguridad se ofrece y la capacidad de control es manifiesta. Tememos las novedades porque nos obligan a caminar a tientas y empujan nuestros pasos ante un afilado futuro que siempre hace daño. La libertad no es hasta que no duele. La decisión posible siempre es la decisión no tomada.

En esto radica la obligación de luchar contra el espacio en blanco; es una conquista por la libertad, por la expresión… Es una forma de manifestar que los huecos que nos definen todavía siguen vacíos y probablemente nunca se llenarán, pues en el momento en que sean saciados aparecerán otros lugares exigiendo esfuerzo, tiempo y tarea. Nos han hablado de la oscuridad como lugar de terribles limitaciones donde la libertad no existe y el mero hecho de ser se convierte en un calvario; pero esa oscuridad no es más que una palabra en un papel; la verdadera muerte es la blancura de un folio, es la falta de expresión de un escritor, es la inexistencia de la palabra que deja huérfano al sonido y lo convierte en silencio, es la ausencia de algo para dar lugar, una vez más, a la nada que todo lo devora.

El silencio es la muerte de la palabra como la blancura es la muerte del escrito que no surge. Y muerte tras muerte la humanidad deja de ser humana y se convierte en aquello que la niega. Si no escribimos, si no gritamos las palabras al cielo, terminamos siendo un silencio que no dice nada y una nada que se devora a sí misma. Lo realmente monstruoso es que a diario descubrimos tristemente que toda guerra es manifestación palpable de ese silencio que me persigue, de esa blancura mordiente de mi alma. No es la sangre lo que se derrama, es la palabra que no se ha dicho, es el texto que no se ha escrito que han sido manipulados y convertidos en bala, en arma para destruir lo que anhela ser construcción y diálogo. Cuando la violencia toma el lugar de la palabra todo lo posible se resquebraja y todos los futuros son inexistentes.

Hoy hemos convertido el silencio en palabra, la blancura en espacio en negro que dice algo. Hoy salimos vencedores. Quizás mañana no será necesario entablar combate; quizás mañana no existamos todavía.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

DIARIO DE NAVIDAD


DÍA 22 DE DICIEMBRE

Hoy ha amanecido con un tiempo indeseable. Siempre llueve cuando más posibilidades tienes de mojarte. La ley de Murphy casi nunca se equivoca. Lluvia con viento o quizás viento con lluvia. Uno de esos días donde el paraguas se convierte en un trasto que terminas tirando en cualquier contenedor de basura, pues alguna ráfaga ya lo ha convertido en un elemento deforme y carente de toda utilidad. Lo malo es que ese paraguas era el último que había en casa y que de momento no puede reponerse por otro nuevo. ¡Habrá que mojarse!

Da la sensación que con cada ventolera se va escapando la esperanza que me quedaba en la participación de 3 euros que tenía para el sorteo de la lotería de Navidad. No ha tocado ni un mísero reintegro. Es cierto que otros años jugaba dos o tres décimos, pero este año sólo he podido permitirme esa participación que nos han regalado en el ropero de Cáritas. Se hace real aquello de que la lotería regalada nunca toca.

Pero a pesar del mal tiempo y de la falta de suerte, e incluso, del paraguas roto, he de salir a la oficina de empleo a ver si encuentro algo para estos días. Cualquier trabajo temporal me sirve (por lo menos cualquiera en el que paguen). No como la última vez que estuve trabajando un mes y al final no cobre nada y me gaste incluso algo de dinero en desplazamientos; dinero que me prestó mi hermano y que espero no me reclame próximamente.

Cruzo los dedos y salgo cargado con el esperanza del que ya no tiene otra cosa. Es, ciertamente, una esperanza preñada de conformismo y con tan poca vida que termina siendo una desesperanza sin la dosis suficiente de drama para convertirse en algo digno de mención.

DÍA 23 DE DICIEMBRE

Hoy abro este diario con la sonrisa recién estrenada, pues ayer pude encontrar un empleo para estos días. El contrato sólo es de 3 días, pero con lo que me pagan podré comprar algo para nuestra flácida despensa que se nutre solamente de los donativos del banco de alimentos. Por lo menos podremos tener una tableta de turrón en nuestra mesa esta Nochebuena. Me gustaría poder tener una botella de vino para acompañar, pero eso se quedará en el baúl de los deseos, pues prefiero un par de kilos de arroz que siempre cunden más. Ya me parezco al cuento de la lechera, que iba haciendo las cuentas antes de vender la leche. Yo también ya empiezo a gastarlo antes de ganar el dinero.

Pero todavía no he dicho en que consiste el empleo; es algo muy acorde con estas fechas. Es hasta gracioso. El Papá Noel del centro comercial este año seré yo. Empiezo esta tarde y simplemente tengo que sonreír y escuchar. No está mal, aunque yo siempre he sido más de los Reyes Magos. Es gracioso que me paguen por repartir regalos entre los niños que no conozco y en mi casa ni un solo regalo será entregado. Por lo menos podré disfrutar con las caritas de ilusión de los niños del centro comercial.

DÍA 24 DE DICIEMBRE

Hoy es Nochebuena. Aunque para mí tendrá mucho de “noche” y muy poco de “buena”. Seguramente llegue cansado y sin demasiadas ganas de charla, pero aun así, aguantaré con mi familia la noche y hasta puede que seamos capaces de tragarnos lo que den en la televisión. Por lo menos estamos juntos y sufrimos unidos. Dicen que el dolor compartido duele menos, pero yo ahora creo que simplemente se multiplica y se hace más profundo, pues además tienen que soportar el dolor de los demás.

DÍA 24 DE DICIEMBRE DE MADRUGADA

Ya están todos en la cama. El sueño se me ha escapado y aquí estoy rellenando el vacío de este cuaderno con palabras y pensamientos. Nuestra cena no ha tenido capón asado, ni ha habido jamón recién cortado, ni tampoco hemos disfrutado de unas gambas a la plancha o un poco de queso manchego, pero hemos dado buena cuenta de un tazón de sopa caliente y un plato de arroz con pieles de pollo que estaba de los más exquisito. A mi esposa cada día le sale mejor el arroz. Además ella tiene la virtud de inventarse platos de algo sin nada. Por ejemplo, el otro día nos sorprendió con un puré de patatas sin patatas y hasta es capaz de prepararnos unos filetes de ternera sin carne... Jejejejeje. Si un gran chef es capaz de hacer un riquísimo pavo relleno al horno, mi mujer se saca de la manga lo mismo, pero con la genialidad de hacerlo sin pavo, sin relleno y sin horno. Jajajajaja.

Después de la cena nos dimos el capricho de compartir media tableta de turrón, (la otra mitad quedará para mañana). Que sabroso estaba el turrón... Al no haber abundancia todo se paladea con mayor fruición. Alguna cosa buena tendrá que tener la carestía que sufrimos. Todo sabe mejor porque no sabes si mañana podrás saborear alguna cosa comestible.

Al final hasta hemos brindado; eso sí, con vasos llenos del mejor cava del grifo. Así nos evitamos la reseca del día de Navidad. Después intentamos ver la misa del Gallo desde Roma, pero poco a poco fueron cayendo en los brazos del cansancio y el sueño.

DÍA 25 DE DICIEMBRE

Y ya ha pasado el día de Navidad. No ha sido el más alegre de mi vida, pero por lo menos podemos decir que seguimos al pie del cañón y con la esperanza de que mañana siempre será mejor. Además puedo afirmar que mañana sí será mejor, porque tengo que cobrar mi aparición estelar como Papá Noel en el centro comercial.

Ese señor Papá Noel no ha pasado por mi casa a dejar ni un solo regalo, pero este año se han dejado olvidados un par de besos en mi mejilla que son de la mejor calidad y el pijama del niño ha sido tejido con los mejores abrazos del mundo.

Al fin ha pasado la Navidad y puedo afirmar que sin novedad en el frente.

lunes, 17 de diciembre de 2012

DEMOCRACIA II. AQUÍ ES DONDE ESTAMOS. Capítulo 2. Con los políticos hemos topado.


Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”, afirma el artículo 6 de la Constitución española. En este asunto tocamos con una de las piedras angulares de los sistemas democráticos actuales: los partidos políticos. Cada vez más los ciudadanos consideran que los partidos políticos son parte integrante del problema democrático actual e incluso en ocasiones son el propio problema. Me pregunto si sería posible una democracia sin partidos políticos; y creo que todos conocemos la respuesta, incluso los que forman parte importante de esos mismos partidos.

Es cierto que en los últimos años se ha producido una campaña de desprestigio de la figura del político e incluso algunos han manifestado claramente la inutilidad de los partidos políticos en la solución de problemas. Pero también es cierto que durante mucho tiempo los ciudadanos se han apartado de las cuestiones políticas y no han tomado parte directa en las mismas, delegando estas funciones en representantes que se sentían como elegidos de los dioses para hacer lo que les viniera en gana. Así vemos como la campaña de descrédito de los políticos debería ser un reconocimiento de la falta de responsabilidad de los ciudadanos con el propio respirar social.
No creo que todos los políticos sean unos aprovechados que utilizan sus cargos para lucrarse; ni tampoco admito que sean inútiles los partidos políticos, pues en el sistema actual son necesarios para encauzar la voz de los ciudadanos individuales y de los grupos sociales. No hay que arrasar con todo para construir de nuevo, sino que debemos aprovechar los cauces que tenemos para hacer crecer nuestro sistema político. No puede ser que una de las vías democráticas con que contamos en la sociedad, en su acontecer interno no sea democrática. Un partido que pretende ser voz de sus votantes en el congreso de los diputados no puede seguir teniendo listas cerradas y candidatos a dedo en su interior. Un partido que pretende gestionar el dinero de todos no puede seguir teniendo unas cuentas oscuras o poco claras. Un partido que se propone gobernar a todos en un sistema democrático no puede poner su ideología por encima del bien de la sociedad o de lo que la mayoría cree oportuno. Un partido que quiere asumir su papel de responsabilidad como gobierno de la nación, no puede hacer una oposición de acoso y derribo como única forma de hacer oposición.

Pero si hilamos un poco más fino nos encontramos con la denostada figura del político que nutre y da forma a lo que llamamos partidos políticos. El ser político ha dejado de ser una vocación de servicio para pasar a ser sinónimo de profesión y, en ocasiones, de lucro personal. No deberían existir ciertos tipos de personas que se hacen llamar políticos. Políticos de apellido que no conocen la realidad que pretenden gestionar. Políticos del montón a los que no se les ha exigido ningún tipo de formación ni experiencia para desempeñar un cargo público. Políticos que se amparan atrincherados en la razón de las urnas para hacer su real gana. Políticos que se convierten en fundamentalistas democráticos para defender su status y sus prebendas. Es ciertamente significativo que hoy escupimos desde muchos ámbitos a la cara de los políticos y generalizamos convirtiendo la función de político en un estercolero donde todo vale. Pero no nos atrevemos a mirar con radicalidad lo que se nos presenta en frente; así descubriríamos que si existen políticos rastreros, inútiles, con poca honradez, es debido, única y exclusivamente, a nuestros votos y a un sistema que todos hemos elegido de alguna manera u otra. A veces se convierte en real el adagio de que “tenemos lo que merecemos…”

Y podríamos seguir metiendo el dedo en el ojo del político y de los partidos políticos, porque el campo es muy basto y tiene demasiado orégano. El tiempo de las respuestas y opciones de futuro será en otro lugar y más adelante.