– ¡¿Qué vamos a hacer?! – Dijo Belisama.
Todos estaban aterrorizados y un frío intenso recorría su cuerpo y sus pensamientos. La situación no era de esas que se asimilan con rapidez y tranquilidad. Sólo los verdaderamente preparados eran capaces de sobrevivir y superar trances como el actual. Así que la respuesta a la pregunta de Belisama fue el silencio más elocuente que se puede admitir, un silencio cargado de inquietud y temor. Incluso la luz se hizo más tenue y suave, como si se ausentara por un instante para dejar lugar al sentimiento compartido. Tras unos minutos, que duraron lo que un año luz, Logos comenzó a razonar brevemente.
- Lo primero que deberíamos hacer es cerrar al público la cripta, pues no será muy agradable que los visitantes vean este panorama. A continuación tendríamos que avisar al Jefe para que tome las medidas oportunas o nos diga lo que debemos hacer o a quién tenemos que avisar.
- Sí, pero yo me marcho ya mismo. – Casi suplicó Anatema, que estaba realmente muerta de miedo y ya no era capaz de soportar más sobresaltos.
- Nada de eso, bonita. Aquí nos quedamos todos e intentamos solucionar esta papeleta – Le respondió Dana con algo de acritud en su voz.
Belisama permanecía callada y su silente situación era una manifestación clara de la turbación que todos sentían. Pensaban al unísono que siempre que veas que un hombre se enoja y retrocede cuando se ve frente a la muerte, será una prueba cierta de que es un hombre que ama, no la sabiduría, sino a su cuerpo. Pero ellos intuían con certeza la existencia de algo inmaterial que se había colado en su tiempo presente. Las preguntas eran muchas y todavía no tenían respuestas.
- Me voy a hablar con el Jefe. ¡No toquéis nada! – Dijo de golpe Harpócrates, que se marchó rápidamente sin darles tiempo a cualquier tipo de réplica. (En estos casos la determinación sin dudas es siempre la mejor acción).
Ciertamente los amigos son el único asilo dónde podemos refugiarnos en la miseria y en los reveses de todo género. Y en situaciones aberrantes siempre necesitamos la concomitancia de alguien a nuestro lado; los demás se quedaron quietos y callados acompañándose mutuamente y dándose el calor de la cercanía, siempre agradable y necesario para superar lo que acontece. Los minutos pasaban tan lentamente como un trozo de mar lamiendo la dureza de la roca. Pero algo se movía en el interior de cada uno; algo que no tenía nombre y les empujaba a regresar al lugar maldito para volver a mirar el elocuente cuadro que se había dibujado esa mañana.
Sin reflexiones ni consideraciones obvias, volvieron al aljibe con la tristeza y la falta de esperanza del que ya sabe lo que va a encontrarse. Nada había anunciado lo que verían; ni un sonido, ni una llamada, ni una luz parpadeante, ni la caricia de una presencia, ni un acelerarse del corazón; la nada más absoluta que sólo anuncia el transcurso del tiempo inquebrantable.
Logos, Anatema y Belisama volvieron al lugar donde un cuerpo inerte flotaba boca abajo sobre la pestilente agua del aljibe, pero sus ojos tornaron la mirada por el asombro. El cuerpo ya no estaba, había desaparecido. Ningún rastro anunciaba ya su presencia anterior. La extrañeza invadió sus anhelos. La sorpresa fue el regalo del presente que ninguno esperaba.
Anatema no podía contener el temblor de sus miembros y rápidamente se acercó a la barandilla del aljibe para coger con sus manos un pequeña pluma que flotaba sobre al agua. En ese instante, al tocar la yema de sus dedos la pluma flotante, se quedó paralizada, al tiempo que su piel se metamorfoseaba en algo cobrizo y con la dureza del metal. Anatema dejó de ser ella misma, para convertirse en una estatua de su propio ser. Una escultura de bronce que mantenía un inquietante realismo.
Logos y Belisama se quedaron estupefactos ante la pluma que seguía flotando sobre el agua. Belisama alargó un brazo lentamente hacia ese lugar.
- ¡No la toques! – Gritó Logos.
Y los dos se mantuvieron en quietud ante aquella pluma, que parecía ser un resto del cuerpo que antes habían visto.
Genial! Me quedo muerta! jajajajajajaja. Me encanta Manu, y los diseños son increíbles!
ResponderEliminarUn beso! :-)
Va tomando cuerpo la historia, gran trabajo Ulises Manu, el dibujo me ha quedado sin palabras me veo bastante bien representado, jeje. Un gran abrazo amigo. Ah estoy deseando saber como sigue la historia de estos 5 personajes increíbles.
ResponderEliminarY qué sucedió con la pluma, estoy intrigada!!!!!
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